- Resistencia a la corrosión.
- Ligereza y facilidad de manipulación. El hecho de las densidades bajas se traduce en facilidad de transporte y de puesta en obra del material.
- Aumento de la capacidad resistente hasta llegar a usarse como perfiles estructurales sustituyendo a barras de acero corrugado en la construcción de forjados.
- Resistencia al fuego hasta obtener comportamientos A1 y A2, equivalentes a nomenclaturas antiguas como M0 y M1.
- Estabilidad en la exposición de sustancias químicas y agentes atmosféricos.
- Aislante eléctrico al utilizar resinas tipo E.
- Aislante térmico por la baja conductividad de las matrices utilizadas.
- Superficies antideslizantes.
- Estabilidad al paso del tiempo. Mantenimiento cero.
- Elasticidad y ductilidad que le permiten una gran deformación antes de que se produzca el colapso.
- Versatilidad, multitud de formas y diseños.
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